Impresión 3D
Me apasionan los gadgets y aparatitos. Hace unos 4 años compré mi primera impresora 3D. Era una anet a8, muy simple y barata donde tenías que montar cada componente.
Todo lo que la modifiqué creo que describe claramente parte de mi personalidad y lo inquieta que soy.
Lo bueno, al ser por componentes podías ir mejorándola fácilmente, cambiando piezas, incluso imprimiendo mejoras de estabilidad que aumentaban la calidad de impresión. Lo malo, que de entrada la calidad de impresión dejaba mucho que desear.
Una de las cosas que más me gustaba era saber hasta dónde podía llegar con la impresora, por lo que probé todos los materiales compatibles para ella. Este punto es una adaptación para poder cambiar directamente todo el extrusor según el material que quisiera imprimir, incluso cambiar por un grabador láser. Nada estético, pero eficiente. 🙂
Para imprimir materiales como ABS necesitaba que la impresora estuviera dentro de una cabina, así asegurar la temperatura y evitar las corrientes de aire. Con dos mesas de Ikea, varias impresiones y 4 placas de metacrilato conseguí una estructura adaptada que cumplía su función.
Este collar es un ejemplo de una pieza impresa con la anet a8.
En plena pandemia quise volver a imprimir durante prácticamente todo el día. Las máscaras en aquella época eran difíciles de encontrar y la impresión 3D cubrió esta necesidad. Mi impresora cada vez daba un problema, por lo que fue la excusa ideal para jubilarla y comprarme una Ender 5. Es una maravilla, apenas configuración, no venía montada pero casi, las piezas engranaban con una facilidad pasmosa y los componentes ya estaban preparados para el montaje rápido. En media hora tenía la impresora lista para sacar máscaras mucho más rápido y con mejor calidad.
Compré un grabador láser y lo adapté a la impresora. Cambiando una u otra pieza según mi necesidad.
En esta imagen está el láser montado en lugar del extrusor por definición.
Con ella imprimí prototipos, objetos que descargaba de páginas de modelos para imprimir, como en este caso el soporte para las Oculus Rift, o pequeñas piezas que diseñaba.
Un juguete divertido pero suponía estar todo el día con el destornillador en la mano solucionando problemas y calibrando.