Contexto. Cada año en Secuoyas celebramos nuestro «Walpurgis». Dos días de dinámicas para conocernos más, probar herramientas y sesiones y echar un vistazo atrás de cómo ha ido el año y hacia donde nos dirigimos. Cada uno propone las sesiones que quiere testar y juntos las disfrutamos durante dos intensos días en la sierra madrileña. Una de las sesiones que hicimos fue un escape room.
Reto. La idea era crear una dinámica de escape donde los participantes fueran resolviendo acertijos relacionados con fomentar las actividades en grupo, el compañerismo y con preguntas relacionadas con el conocimiento de Secuoyas.
Enfoque. A través de los conocimientos adquiridos con este curso de «Escape Room educativo como herramienta de formación» creamos las distintas dinámicas teniendo en cuenta los participantes, objetivos, marco simbólico, nudo y desenlace con las consiguientes normas.
Resultados. Inventamos un entorno futurista donde solo los que conocieran el pasado y presente de la empresa Secuoyas podrían resolver los retos.
Nos inspiramos en la estética steampunk y decoramos la sala de reuniones ambientando un submarino antiguo (las ventanas con papel celofan azul y peces de colores), sonido de sirenas y un montón de elementos que los participantes tendrían que encontrar para desbloquear los siguientes retos, todo con estética steampunk, incluidas las facilitadoras, nosotras tres…
Al comienzo de la experiencia sonaba este audio como presentación.
En el centro de la sala una «bomba» con un mecanismo de cuenta atrás. Si los participantes cortaban los cables en el orden correcto en un tiempo limitado podrían desactivarla.
Dividimos a los participantes en tres grupos. Cada uno de ellos comenzaba el reto por una parte distinta pero había momentos en los que necesitaban de objetos que habían desbloqueado compañeros de otros equipos, así las dinámicas no eran dinámicas de competencia sino de trabajo en equipo. Si no unían sus fuerzas no podrían desactivar la bomba. Para ello tuvieron que encontrar las claves que abrían los cryptex (que hicimos impresos en 3D), dentro encontraron una linterna de luz negra que permitía ver en los cuadros de decoración claves escondidas… así uno tras otro de los retos desembocaban en el reto final, abrir la caja sabiendo la numeración de los candados. Dentro un ipad, si tenían la clave para desbloqearlo podían abrir una aplicación en realidad aumentada que escaneaba los tres cuadros que aparecían una vez que unían cada uno de los trozos que habían encontrado por toda la sala. Escaneando esos tres cuadros podían saber el orden correcto para cortar los cables de la bomba.
Dos maceteros impresos en 3D más algunas piezas de decoración se convirtieron en la bomba steampunk que había que desactivar. Lo importante era encontrar el orden correcto para cortar sus tres cables.
Criptex impreso en 3D
Cuando encontraban todos los trocitos de las imágenes esparcidos por la sala podían escanear las imágenes que obtenían. Con realidad aumentada podías descubrir el orden para cortar los cables.
